Boxeo con un maestro en Barcelona o de lo que no hablan los entrenadores de kárate?

Los entrenadores de karate guardan silencio sobre el hecho de que el karate no convierte a un niño en un luchador capaz de defenderse por sí mismo en una pelea real.
Sin clases adicionales de boxeo, el kárate es inútil contra un matón callejero o un boxeador.
Los padres deberían preguntarse: ¿por qué va un niño a kárate? ¿Por deporte y por ir guapo por la calle con un kimono de entrenamiento o para poder defenderse?
El problema del kárate es que es bueno para desarrollar la forma física, la disciplina y la confianza, pero tiene serias limitaciones:
El kárate carece de defensa contra los verdaderos golpes cuerpo a cuerpo de boxeo en serie a la cabeza. Faltan golpes de gracia con las manos. Escaso trabajo a corta distancia. En una pelea callejera o en un combate de competición no se trata de dar largas patadas con las piernas, sino de un trabajo rápido con las manos en el que ganan las habilidades del boxeador.
Falta de contacto real. En muchas secciones de kárate, el sparring es limitado, lo que no te prepara para un conflicto real.
Ilusión de eficacia. Los padres suelen pensar que el kárate es universal para la defensa personal, pero esto es un mito.
Solución
Si el kárate es un deporte por el deporte, estupendo. El niño aprenderá autocontrol y mejorará su salud. Pero la defensa personal requerirá entrenamiento de boxeo.
El boxeo es la mejor opción para cubrir los puntos débiles del kárate: practicar golpes de mano perfectos, aprender a defenderse de los golpes de mano y trabajar a corta distancia.
Conclusión

El kárate no es una panacea. Complemente el entrenamiento de su hijo con el boxeo para protegerle.

 

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